Yo tengo un plan,
aunque necesito tiempo
(pero sé que tengo un plan,
que no es poco).
Mi plan, que es maquiavélico y a la vez sensato,
tiene la virtud de enseñarme el camino
y apagar mis miedos,
y nace de la necesidad,
y se puede convertir en muchas cosas,
y puede volver al principio muchas veces
y llevarme de la mano de lo que estoy dispuesto a ser
o me puede volver a maltratar
como tu boca en aquel parque
en aquella primavera.
Mi plan nace en mi y acaba en ella,
mi plan sueña por las noches con todas las mujeres
que no van a venir,
y despierta conmigo, me saca de quicio,
me impulsa al vacío, me da las fuerzas necesarias
para pasar de un domingo de mierda
a un lunes de esperanza
y así con todo,
y así con todo
mi plan tiene que salir del veneno
y tiene que encontrar algo que me llene
que no sean rollos de mierda ni verdades a medias,
que no vaya a nacer mañana y a morirse pasado
que no esté hecho de mentiras.
A mi plan
habrá que darle de comer aparte
y convencerlo de que
seguramente me equivoque por instinto
pero tiene que saber
que puede que valga la pena
estar a mi lado
hasta encontrar la fórmula
que me lleve a mi.
P.O.B
julio 2013
Guauuu. Un placer, ¿cómo no?
ResponderEliminar