Ya no te veo como los otros
ni te vi como debía verte entonces
y ya veremos si te veo cuando vaya ciego
pero seguro que fue bonito lo que vimos
porque eran tus ojos y los míos...
Agosto se despereza como un gato somnoliento y en cada esquina hay una mujer que me quería. Una precaria torre de libros en mi habitación, como premonición de lo que nos aguarda, espera su fatídica debacle. Así y todo siempre puedes cercenar por enésima vez la cuerda de la desesperanza, tomar el último tren hacia ninguna parte y arrojarte al barro de tus causas perdidas. Una buena amiga siempre me recuerda que, como dice esa maravillosa película franco-alemana :"corren malos tiempos para los soñadores y ahora, más que nunca, hay que cultivar los pequeños placeres". Por eso, señoras y señores, remangarse las faldas, vamos a caminar por el inhóspito paraje de EL ARTE:
Agosto 2011
P.O.B