viernes, 8 de marzo de 2013

RETAZOS


Arranqué el coche y la llevé a casa. Fueron las calles más tristes que he conducido nunca, las mismas que me han visto crecer durante años... Detenidos enfrente del portal y sin un puto euro de dignidad nos besamos por última vez. Yo por debajo de sus ansias, ella por encima de mis miedos. Tenía los ojos tristes pero amables, la sonrisa nostálgica pero libre, la facilidad de ponerme triste cuando vi que ni siquiera entonces tenía ganas de aventura. Me despedí, sé feliz ,que no te hieran, que no te hundan ni te hagan sentir por debajo de nadie. Le acaricié el pelo, le levanté por última vez una sonrisa.

Luego me perdí por entre mis recuerdos y no la encontré. Pensé en otros besos y en otras miradas y comprendí que estoy viviendo una soledad que sólo me pertenece a mi. Luego pensé cinco,seis versos.  Pensé en ella. Pero no me atreví a escribirlo, demasiada locura emocional, demasiado surrealista todo. Todavía ando descalzo por la acera del cariño.

Ayer apagué la radio. Nadie hablaba de nosotros. Pero hoy necesitaba escribir esta radical declaración de soledad. Necesitaba recordarla en estas páginas. Ahora  sé que aquella chica se convirtió en historia.La vida me demostró que, en estos tiempos, todas las princesas andan con tacones rotos. 

P.O.B (2010)