lunes, 13 de marzo de 2017

PRIMAVERA (I)

Leo a Marcos en esta suerte de primavera adelantada:


La duermevela

Ya casi se va la madrugada. La luz del sol empieza a asomarse por las rendijas y debemos volver a las oscuras sombras que nos visten. En las manos sigue faltando la piel del deseo y la tormenta de su pelo. Un suspiro queda pendiente en los labios.La mirada, y la nube que la envuelve, echan de menos la luz que les hace falta. ¡Ah!, las trampas de la imaginación: en el sueño de la duermevela, sus muslos eran bufanda en las mejillas y prisión para la cintura; de pie, la cabalgata del ansia terminaba, después de un breve espacio, en una caída húmeda y común. Y al final no había más deudas que las que se tienen con uno mismo. ¡Ah!, las ganas de mojarse en esa su lluvia. En ella saciarse y hacer crecer la sed de ella.

Amanece con la certeza de que no habrá mejor foto que la que le tome con mis manos y labios, ni mejor audio o vídeo que el del nacimiento de sus jadeos y gemidos, ni mejor tocada o pintura que la de las pieles unidas, ni mejor entrevista que la de nuestros cuerpos...

¿Otra comunicación? ¿Otra información? ¿Otro arte? ¿Otra cultura? ¿Otra campaña? ¿Quién diablos abraza estos despropósitos?

Tocan a la puerta del día. La sombra se amarra las botas y las ganas. Hay que seguir caminando, escuchando...


Subcomandante Insurgente Marcos

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