lunes, 11 de julio de 2011

Poesía paranoide.

Nada se calma
todo hierve en la ciudad
y a las cuatro de la madrugada
todo es tan volátil.


Chicas con largas piernas bronceadas
rachas de depresiones
que caen como fichas de dominó
una tras otra clic clac
un parpadeo cíclico
que nos empuja y nos oprime.
Ahora veo que también te sientes desértica,
que se te hace un nudo en la garganta
cuando presientes que el amor
descorcha las maletas, desvela los secretos,
que en el fondo estamos destemplados
en esta turbia procesión de nostalgias
y círculos que se tambalean.

1 Octubre 2010
Pablo.

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